miércoles, 8 de febrero de 2012

UN MES DE PURO AMOR

Como empezar no lo sé, pero se más o menos con que palabras terminar: te quiero
Una historia que parecía ser una fantasía, o algo de la dimensión de los sueños paso a ser parte de la vida diurna, de la vida consciente donde tocarte fue una realidad.
Nunca imagine que algo entre nosotros nacería de esta manera, nunca imagine que podría ser tan intenso y tan hermoso.

Te conocí cuando tenías apenas 14 años y yo 16, y desde ese momento me quede impresionado, me quede enamorado de una imagen que probablemente no vería de nuevo, como una cenicienta que solo pude ver en un baile y me dejo una zapatilla de cristal para recodarla. Un vestido melón quedo grabado en mi memoria y me lleno de ideas, sueños, y muchas historias idealistas en las cuales todas te enamorabas perdidamente de mi… un sueño más de la chica ideal.

Resultó que teníamos varios amigos en común y de una u otra manera tenía la oportunidad de verte cada cierto tiempo, cada cierto tiempo me torturaba tratando de ser tu amigo cuando lo que yo quería eran tus labios, cuando lo que yo quería era una historia de amor, un secreto que nadie conocía ni imaginaba… ¿de qué servía pues pensar en ella sin verla nunca y que difícilmente se fijara en mi como yo en ella?
Bueno, con esa idea, de que yo veía lo posible como imposible, nunca tuve mucho ímpetu en tratar de conquistar ese amor, de cumplir ese sueño y mostrarte toda la pasión que brotaba de mi por ti y para ti.

Sin embargo, nuestros caminos se cruzaban en situaciones bellas pero incorrectas para mí realizar mi sueño, como un viaje fenomenal donde estaríamos juntos, pero acompañados de un amigo y de tu enamorado. Mirarte y saber que otro te besaba… que más da, me decía, si tú nunca podrás estar en ese lugar… te tocará quererla con ternura, como esa mujer que siempre desearas y nunca tendrás.

Ella vino al lejano Paris una vez más en un momento equivocado… ella con un extranjero y yo con una extranjera: otra broma de la vida que nos unía en la ciudad más romántica pero nos dejaba indisponibles para ese beso que debía ser puro e inolvidable. Una vez más tuve que enamorarme de ella en secreto por unos días, tuve que mirarla sabiendo que un beso era prohibido, una vez más me contenté y bastante de ser su amigo y sentir su abrazo como el más grande amor de amigos.

Mira que tuve que volver del otro lado del mar y del continente para que tuviera una oportunidad… una pequeña oportunidad pues meses no se comparan a una vida, aunque su beso y su desnudez serán eternos en mi mente y en mi corazón.
Y así tuve mi oportunidad verdadera, la encontré por fin soltera y en mi momento más soltero del mundo… cuando todas las tentaciones se posaban frente a mi… sin embargo, cuando ella me beso, todo cambió, ninguna mujer más me interesó y las tentaciones fueron insignificantes frente a ella, tan guapa, tan esbelta, tan dulce, tan deliciosa.

Y así creí nuevamente en ese amor exclusivo, en ese amor que te hace querer ser mas, te hace querer ser mejor y que puede crecer infinitamente, un nuevo ideal con una base de ensueño.
Todo gracias a un beso y a su piel, todo gracias a una copa de vino y sus labios aceptando los míos por segunda vez.

Así tuve mi oportunidad, mi baile y sus labios.
Así tuve mi oportunidad, mi beso y su carne.
Así tuve mi oportunidad, su desnudez y el amor.

Los días siguientes eran canto y baile, los días siguientes tenia tatuada una sonrisa y gasolina en el corazón. Y poco a poco mi oportunidad se volvió en realidad y el juego se convirtió en una relación y esa relación ahora solo la entiendo por amor. ¿Cómo crear amor en tan poco tiempo? Con amor.
Y tan corto fue todo pero tan intenso. Hoy, algunos días después empiezo nostálgicamente a recordar cada momento y los veo más especiales e intensos.

Bailando de día al lado de la piscina frente al valle.
Tomando una copa de vino sobre una loma.
Echados sobre la arena filmando el mar sin razón nuestra.
Caminando alrededor de un obelisco para evitar que el sueño me separe de ella.
Fotografiando esculturas en una noche de luna llena.
Un par de canciones tomando su cintura antes de dormir.
Una torta de chocolate como prueba de cariño.
Una flor sin razón alguna.
Un te quiero inesperado.

Te quiero.