domingo, 21 de octubre de 2012

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Otra mañana que se piensa en lo soñado anoche, ayer, durante la semana, hace un mes. Ese amor perfecto, esa pareja que parece completarte y que tantos dulces problemas pone frente a ti.

Recuerdos que invaden victimas de la soledad como glóbulos blancos sin armas ante un virus sin vacuna. Pues es en la soledad que uno sabe recordar los buenos momentos y cuestiona mas sobre la necesidad de perfección, o estar cerca de ella. Como un momento de emoción y adrenalina luego puede ser opacado por tan solo una estúpida canción. Porque a veces mirar los detalles es necesario y la pregunta analiza mas bien la frecuencia de "a veces". Si nadie puede ser perfecto, ¿quién dice que una relación no puede serlo? Tal vez no puede pero que tiene de malo buscar estar cerca de ello. El sexo en ese momento empieza a quedar fuertemente de lado. La química de la pasión es fácilmente corruptible cuando se poseen muchos elementos y formulas con las cuales jugar. El verdadero jaque es cuando se esta lejos de las sabanas.

Hablar sobre cosas que no te interesan...
Desconfiar de la libertad que tu mismo impones...
Ignorar arrugas...
Abrumarse de tanta alegría...
Dejarse interrumpir repetidas veces...
Evitar ser genuino...
Dejarse llevar por el deseo físico/carnal

Pareciera que el amor fuese como el semen: espeso y viscoso, con un color definido y temperatura cálida... pero que luego se vuelve incoloro, liquido frío y hasta volátil.

¿Es posible enamorarse de la piel? ¿es posible dividir a una persona en capas? que es lo que uno debe aceptar y negar de una persona es la pregunta final y otra pregunta es si es necesario hacerse la pregunta. Puede que verdaderamente exista esa persona para cada quien pero entre 8 mil millones de seres humanos de los cuales solo conocemos a algunos miles (con suerte) ¿quien asegura que encontraras al polo positivo de tu polo negativo? Conformarse nunca ha sido una posibilidad pero eso puede significar también llegar a la fase terminal victima nuevamente de soledad... ella que es fiel y duradera, la única que no cambia con el tiempo y que te toma tal y cual eres.

 Y en medio de todo eso juega ademas el tiempo y el espacio. Cuando algunos kilómetros pueden significar años luz y un mar puede ser tan profundo como un lavatorio. El problema es el tiempo y la incontinuidad de los sucesos... una incontinuidad marcada solamente por la falta de deseo, por la falta de contacto y una mínima voluntad que no es despertada y que nunca tuvo un piloto automático.

 AL CABO QUE NI QUERÍA

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