domingo, 22 de abril de 2012

DOMINGO POR LA MAÑANA

Pues la verdadera historia comienza cuando termina la historia.

Me despedí de ti con un gran beso, luego de haber pasado una noche increíble entre tus labios, después de haberte encerrado entre mis brazos y haber sido navegante de toda tu piel. Después de una noche de baile, besos y desnudez caímos dormidos del placer antes que del cansancio y al día siguiente te acompañé a tu casa.
Después del gran beso de despedida me indicaste por donde quedaba el metro, "tout à coté", y yo te agradecí con un beso mas sabiendo que no tomaría ese camino, pues me gusta caminar y mucho mas un domingo cuando el sol parecía asomarse.
Y cuando llegaba a la esquina y seguía mi camino, exactamente por donde había venido, pensaba... la curiosidad me hizo voltear la cabeza y mirar el metro y es ahí cuando la verdadera historia comienza, cuando todo se lleno de tu recuerdo paso a paso.

La estación de "Vaugirard"... la estación que me llevo a tantas noches de pasión bajo tus sabanas y sobre ellas... bajo tuyo y sobre ti.
Aquellas noches de lujuria, noches de pasión, noches de amor que nunca logré entender.
Cuando el domingo por la mañana llegaba a la casa de esta nueva doncella, yo hablaba de los edificios, del paisaje urbano y ella me mostró un balcón.. ."un balcon d'ouf" ... pero fue solo después de mirar el metro "Vaugirard" que recordé ese balcón... que recordé tu calle, tu ventana y la panadería de la esquina que tantas veces me despidió en medio de mi satisfacción, alegría y confusión.

Fue en ese momento que comenzó la historia impregnada solo de tu recuerdo, de ese amor que no entendía hasta mucho después de haberme dado cuenta de mi poca perspicacia... del posible error que significo dejarte.

Así emprendí verdaderamente mi caminata y este nuevo sueño, esta nueva historia. Caminando con tu viejo recuerdo y la fresca memoria de la noche anterior.. con una chica que era y no era como tu. Estuve en tu misma calle y pase por los mismo lugares que antes solo crucé.
Recordando y teniendo aun los olores de la pasión de la noche anterior, el perfume de esta joven piel y esos senos pequeños y dulces opacados por unos muslos y una cola increíbles. Así recordando llegaste tu nuevamente a mi mente y recordé tu pasión y todas las cosas que me mostraste y como me mostraste esta nueva ciudad con tu amor que nunca comprendí. Pues en ese momento era un cachorro de esta ciudad y tu como una amante mayor a un joven tórtolo me mostraste las pasiones, tu lengua y tu intimidad para que yo fuera entendiendo esta ciudad y entendiera Europa... el problema fue que tarde mucho mas de lo que pensé en entenderlo pues todo lo entendí antes de cualquier manera.
Lo que menos entendí era que al final de las noches tu querías estar conmigo.. querías solo regresar y encontrar a tu José Carlos en la cama... en la cama tibia que calentaríamos como mas nos gustaba...

Y caminando por esas calles cerca del metro "Vaugirard" pensaba en ti y pensaba en ella... pensaba en todo lo que había crecido y por todo lo que había pasado en esta ciudad... cuanto romance y cuanto desengaño... cuantos errores y cuantos goces.. cuantas lagrimas y cuanto jugo...
"La vie en rose" me dijo esta nueva mujer mientras caminábamos.. o lo dije yo hablando de la vida de estudiante haciendo la ironía, la aceptación y/o la negación... "La vie en rose" un momento fuiste tu, pensaba en eso momento cuando cruzaba un local que se llamaba "La vie en Rose"...

Pensaba por las calles cerca del metro "Vaugirard" en como la soledad podía atacar tanto a la gente en esta ciudad... una ciudad supuestamente llena de romance y evidentemente llena de gente guapa, de gente bella. Mientras estos pensamiento cruzaban mi cabeza, una bella mujer en la otra esquina no podía cruzar la calle. Un semáforo en rojo había hundido su mirada en la acera y su rostro semicubierto por un sombre estilo "Ernesto Guevara" mostraba una cierta melancolía, una melancolía bastante común en las miradas parisinas. Esa bella mujer enterrada en sus pensamientos arranco nuevamente junto a una luz verde...

"Que encerrados podemos sentirnos a veces en esta ciudad"... y mientras pensaba aquello un gran mural al fondo de la esquina mostraba un dibujo de la estructura del edificio que encerraba animales en cada cuadro que formaba... Pensaba en la linda analogía que esta imagen me daba, sobre todo el pequeño mono.. un ser tan lúdico metido dentro de cuatro paredes... en un pequeño cuarto.

Seguía caminando mientras pensaba en todas las cosas que hablaba cuando me sentía a gusto al lado de una mujer que ya conocía mi piel... lo tranquilo que me sentía de poder decirlo todo y nada... "J'aime bien marcher, et surtout sous la pluie" dije un momento atrás con la bella de la noche anterior... y mientras caminando buscaba mi desayuno, empezaban a caer unas sigilosas gotas y los paraguas se abrían por las calles.

Sentado ya en un salón de Té, con "un cafe espresso et un pain au chocolat" miraba la calle como iba llenándose de otro color gracias a las gotas de lluvia... yo estaba protegido, solo y tranquilo cuando una mujer me pregunta si tenía fuego...
después de todo hay cierta interacción entre los seres que habitan París. "bonne journé" le dije cuando ella se iba y obviamente volteo a desearme lo mismo... "La politesse" de este lugar a veces me es extraña... es muy sincera pero no llego a entenderla.

Luego seguí mi camino, con un cigarrillo insípido en los labios, prácticamente parte de la "Formule vienosserie", el desayuno que tomé. Ese cigarrillo me hizo pensar en el regalo que debía comprar... había pensado en flores y las calles justamente estaban llenas de florerías... irónicamente al final de la calle, terminé comprando un cactus y ahora mientras escribo este relato, veo que comprar un cactus en vez de flores es el final perfecto...

En busca de la suavidad de unos pétalos, termine con espinas en las manos.

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